sábado, enero 31, 2009

Queirolo

Andar haciendo camino es pretender demasiado hoy, donde todos los caminos han sido recorridos varias veces ya. En miles de oportunidades he pensado en esto y más allá de frustrame ante la imposibilidad de descubrir sendas preferí profundizar en los pasos, en los tiempos y en aquellas pequeñas experiencias que puedan diferenciar mi camino del de los demás.

Como quien dice ir forjando un cristal que deje ver cosas distintas.

Tarea difícil, pués nada nuevo sigue habiendo bajo el sol. Pareciera que todas las canciones han sido escritas, todas las combinaciones numéricas han sido pensadas y -lo peor- todas las frases dichas.

Esta vez superar las desazón no fue nada fácil.

Imaginé que no sería difícil escribir sobre aquellas sensaciones que surgen de un viaje donde los lugares y la gente cambien radicalmente con solo cruzar una forntera a pie. Supuse, pués, que la avalancha de sensaciones que resultarían de enfrentar culturas tan distintas y distantes podría ser un buen comienzo. Hasta llegué a entusiasmarme con la idea de poder expresar cada minuto vivido en lugares exóticos, hacer crónicas de momentos, reflejar aromas y sensaciones a la sombra de una tarde en algún lugar colonial o histórico en suerte.

Esta vez la realidad ha caído como martillo de juez...

Hermanos, hay tanto para hacer, y yo no he hecho ni mierda!