miércoles, agosto 30, 2006

Soledad

Cada vez que cierro los ojos la recuerdo, así es que aquellas noches de calor en Floresta llegan a mi mente. Como olvidar su risa rociada por un buen Cabernet y su mirada... esa mirada.
Ay, si se enterara de cuanto la extraño, si supiera lo que daría por volver a esperarla para que me cuente de sus cosas, o solo besarla frente a la puerta de su casa.
Hasta aquí llegué, solo para seguir amándola.

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